LOS VALORES
EN LA FORMACIÓN PROFESIONAL
Introducción
La sociedad moderna exige en la formacion de profesionales actos y capaces un sin numero de cualidades prudentes, para cual creo conveniente tratar ún tema de suma importancia. LOS VALORES. los valores están presentes
desde el inicio de la humanidad.
Para el ser humano siempre
han existido cosas valiosas: el bien, la verdad, la belleza, la felicidad, la
virtud. Sin embargo, el criterio para darles valor ha variado a través del
tiempo. Se puede valorar de acuerdo con criterios estéticos, esquemas sociales,
costumbres, principios éticos, etc.
Los valores son producto
de cambios y transformaciones a lo largo de la historia. Surgen como un
especial significado y cambian o desaparecen en las distintas épocas. Es
precisamente el significado social que se atribuye a los valores uno de los
factores que influyen para diferenciar los valores tradicionales y los
modernos.
El concepto de valor abarca contenidos y
significados diferentes y ha sido abordado desde diversas perspectivas y
teorías. En sentido humanista, se entiende por valor lo que hace que un hombre
sea tal, sin lo cual perdería la humanidad o parte de ella. El valor se refiere
a una excelencia o a una perfección. La práctica del valor desarrolla la
humanidad de la persona, mientras que el contravalor lo despoja de esa
cualidad. Desde un punto de vista socio-educativo, los valores son considerados
referentes, pautas o abstracciones que orientan el comportamiento humano hacia
la transformación social y la realización de la persona. Son guías que dan
determinada orientación a la conducta a a la vida de cada individuo y cada
grupo social.
La visión subjetivista considera que los
valores no son reales, no valen en sí mismos, sino que son las personas quienes
les otorgan un determinado valor, es decir, dependen de la impresión personal del ser humano.
La escuela neokantiana afirma que el valor
es, ante todo, una idea. Se diferencia lo que es valioso de lo que no lo es
dependiendo de las ideas o conceptos generales que comparten las personas. Es en el pensamiento y en la mente donde los
valores se aprehenden, cobran forma y significado.
La escuela fenomenológica, desde una
perspectiva idealista, considera que los valores son ideales y objetivos; valen
independientemente de las cosas y de las estimaciones de las personas. Así,
aunque todos seamos injustos, la justicia sigue teniendo valor. En síntesis,
las diversas posturas conducen a inferir dos teorías básicas acerca de los
valores dependiendo de la postura del objetivismo o del
subjetivismo axiológico.
CARACTERÍSTICAS DE LOS VALORES.
La humanidad ha adoptado criterios a
partir de los cuales se establece la categoría o la jerarquía de los valores.
Algunos de esos criterios son:
- Durabilidad: los valores se reflejan en el curso de la vida. Hay valores que son más permanentes en el tiempo que otros. Por ejemplo, el valor del placer es más fugaz que el de la verdad.
- Integralidad: cada valor es una abstracción íntegra en sí mismo, no es divisible
- Flexibilidad: los valores cambian con las necesidades y experiencias de las personas
- Satisfacción: los valores generan satisfacción en las personas que los practican
- Polaridad: todo valor se presenta en sentido positivo y negativo; todo valor conlleva un contravalor.
- Jerarquía: hay valores que son considerados superiores (dignidad, libertad) y otros como inferiores (los relacionados con las necesidades básicas o vitales
- Trascendencia: los valores trascienden el plano concreto; dan sentido y significado a la vida humana y a la sociedad
- Dinamismo: los valores se transforman con las épocas.
- Aplicabilidad: los valores se aplican en las diversas situaciones de la vida; entrañan acciones prácticas que reflejan los principios valorativos de la persona.
- Complejidad: los valores obedecen a causas diversas, requieren complicados juicios y decisiones.
HONESTIDAD
“Es una forma de vivir congruente
entre lo que se piensa y la conducta que se observa hacia el prójimo, que junto
a la justicia, exige en dar a cada quien lo que le es debido.”
Con toda seguridad, una de las
cualidades que más buscamos y exigimos de las personas es la honestidad. Este
valor es indispensable para que las relaciones humanas se desenvuelvan en un
ambiente de confianza y armonía, pues garantiza respaldo, seguridad y credibilidad
en las personas. No debemos olvidar que
los valores deben primero vivirse personalmente, antes de exigir que los demás
cumplan con nuestras expectativas.
Una persona honesta se puede reconocer
por ser siempre sincero en su
comportamiento, palabras y afectos; cumplir con sus compromisos y obligaciones
al pie de la letra, sin trampas, engaños
o retrasos voluntarios; evitar la murmuración y la crítica que afectan
negativamente a la personalidad de los demás; guardar discreción y seriedad
ante las confidencias personales y secretos profesionales y tener especial cuidado en el manejo de los
bienes económicos y materiales.
COMPROMISO
“COMPROMETERSE
VA MÁS ALLÁ DE CUMPLIR CON UNA OBLIGACIÓN, ES PONER EN JUEGO NUESTRAS
CAPACIDADES PARA SACAR ADELANTE TODO AQUELLO QUE SE NOS HA CONFIADO.”
Una persona comprometida
es aquella que cumple con sus obligaciones haciendo un
poco más de lo esperado al grado de sorprendernos, porque vive, piensa y sueña
con sacar adelante a su familia, su trabajo, su estudio y todo aquello en lo
que ha empeñado su palabra.
El hecho de aceptar formalmente un
compromiso, hace suponer que se conocen todos los aspectos, alcances y
obligaciones que conlleva. Casi siempre, la falta de compromiso se debe a
descuidos un tanto voluntarios, pero principalmente a la pereza, la comodidad y
al egoísmo.
No basta con
cumplir con lo previsto, lo estipulado, lo obvio... todo compromiso tiene
muchas implicaciones, pensemos un instante en aquellos que son los mas
importantes que tenemos:
·
Como padres de familia:
No basta proporcionar los medios materiales, los hijos necesitan que los padres
les dediquen parte de su tiempo para jugar, conversar y enseñar.
·
Como hijos: Además de
la sinceridad, la obediencia, la ayuda en el hogar y el esfuerzo en los
estudios, los padres también necesitan
cuidados, detalles de cariño y pequeños servicios, los cuales no piden y sin
embargo, estarían muy agradecidos de recibirlos.
·
Como amigos: ¿Nuestras
amistades son “utilitarias”?, es decir, si sólo recordamos a los amigos cuando
algo se nos ofrece. La amistad se cultiva.
·
Como ciudadanos: Evitar la
indiferencia, no podemos quejarnos de la situación actual del país sin hacer
algo para cambiarlo.
La persona comprometida es generosa,
busca como dar más afecto, cariño, esfuerzo, bienestar... en otras palabras: va
más allá de lo que supone en principio el deber contraído. Es feliz con lo que
hace hasta el punto de no ver el compromiso como una carga, sino como el medio
ideal para perfeccionar su persona a través del servicio a los demás.
RESPONSABILIDAD
“LA RESPONSABILIDAD ES UNA OBLIGACIÓN, YA SEA MORAL O INCLUSO LEGAL DE
CUMPLIR CON LO QUE SE HA COMPROMETIDO.”
La responsabilidad (o la irresponsabilidad) es
fácil de detectar en la vida diaria, especialmente en su faceta negativa: la
vemos en el plomero que no hizo correctamente su trabajo, en el joven que tiene
bajas calificaciones, y en casos más graves en un funcionario público que no ha
hecho lo que prometió.
Un elemento indispensable
dentro de la responsabilidad es el cumplir un deber. La responsabilidad tiene
un efecto directo en otro concepto fundamental: la confianza. Ponemos nuestra
fe y lealtad en aquellos que de manera estable cumplen lo que han prometido. obligación
de cualquier tipo no es generalmente algo agradable, pues implica
esfuerzo. La responsabilidad puede
parecer una carga, y el no cumplir con lo prometido origina consecuencias. ¿Por
qué es un valor la responsabilidad? Porque gracias a ella, podemos convivir
pacíficamente en sociedad, ya sea en el plano familiar, amistoso, profesional o
personal. La responsabilidad en su nivel más elemental es cumplir con lo que se
ha comprometido.
Cuando alguien cae en la
irresponsabilidad, fácilmente podemos dejar de confiar en la persona. El origen
de la irresponsabilidad se da en la falta de prioridades correctamente
ordenadas.
La responsabilidad debe ser
algo estable. Todos podemos tolerar la irresponsabilidad de alguien
ocasionalmente, empero no todos
toleraremos la irresponsabilidad de alguien durante mucho tiempo.
Ser responsable es asumir
las consecuencias de nuestras acciones y decisiones. Ser responsable también es
tratar de que todos nuestros actos sean realizados de acuerdo con una noción de
justicia y de cumplimiento del deber en todos los sentidos.
Los valores son los
cimientos de nuestra convivencia social y personal. La responsabilidad es un
valor, porque de ella depende la estabilidad de nuestras relaciones. La
responsabilidad vale, porque es difícil de alcanzar.
Vivir la responsabilidad no es algo cómodo, como tampoco lo es el corregir a un irresponsable. Sin embargo, nuestro deber es asegurarnos de que todos podemos convivir armónicamente y hacer lo que esté a nuestro alcance para lograrlo.
Vivir la responsabilidad no es algo cómodo, como tampoco lo es el corregir a un irresponsable. Sin embargo, nuestro deber es asegurarnos de que todos podemos convivir armónicamente y hacer lo que esté a nuestro alcance para lograrlo.
Si todos hiciéramos un pequeño esfuerzo en vivir y corregir la
responsabilidad, nuestra sociedad, nuestros países y nuestro mundo serían
diferentes. Si es difícil, pero vale la pena.
TOLERANCIA
“ HABLAR DE TOLERANCIA ES HABLAR DEL RESPETO
A LA
DIFERENCIA DE IDEAS Y POSTURAS RESPECTO DE ALGÚN TEMA, O DE LA VIDA
MISMA.”
El pluralismo, la diversidad
y la tolerancia son valores irrenunciables, que asumen la forma de un ideal al
que aspirar, a partir del hecho evidente de que somos distintos, y hemos de
respetarnos como somos, con opiniones, estilos de vida y valores diferentes.
Debemos aprender a convivir
con gentes de distintas culturas, tradiciones y religiones, esto nos ha
enseñado que esa pluralidad no es una pérdida, sino todo lo contrario, una
ganancia. Debemos aprender a respetar y a convivir con quienes no piensan como
nosotros, es decir, debemos propiciar la sensibilidad hacia la dignidad de la
persona y su libertad. Esa sensibilidad ha aumentado mucho gracias a la mejora
de la educación y a la progresiva desaparición de la miseria económica,
jurídica, política y moral
El respeto al pluralismo y a
la diversidad forma parte esencial de
toda verdadera cultura, por tener profundas raíces en la misma racionalidad
humana.
Así es como llegamos al
concepto de intolerancia. Fácilmente, ante alguien que no piensa, no actúa, no
vive o no cree como nosotros podemos adoptar una actitud agresiva. Esta
actitud, cuando es tomada en contra de nuestras ideas se percibe como un
atropello a uno de nuestros valores fundamentales: la libertad. La intolerancia
puede ser tan opresiva, que haga prácticamente imposible la convivencia
humana.
HUMILDAD
“UNA PERSONALIDAD SENCILLA A VECES PUEDE PASAR INICIALMENTE
DESAPERCIBIDA, PERO SU FORTALEZA INTERIOR Y SU ENCANTO ES MUCHO MÁS PROFUNDO Y
PERDURABLE.”
Probablemente no hay nada más
chocante que la personalidad de quienes se vanaglorian constantemente de sus
propios logros, cualidades y posibilidades. Son aquellos que muestran
sofisticada ropa de diseñador, varios automóviles exóticos, una conversación
plagada de términos rimbombantes derivada de su profunda cultura, una altivez
propia de la dignidad de una familia importante.
La personalidad sencilla en
cambio es única, recia, sin adornos ni artificios, no le hace falta mostrar y
poner en un escaparate sus posesiones y cualidades porque son evidentes y
naturales. La sencillez nos enseña a saber quienes somos y lo que podemos.
La persona humana esta
dotada de inteligencia, cualidades y habilidades. El progreso interno, donde nosotros crecemos
es en verdad lo importante.
Con frecuencia se desvirtúa
la imagen de las personas sencillas, haciéndolos sinónimo de timidez e
ingenuidad, pobreza y la suciedad. La sencillez no es pobreza, es tener lo que
se necesita pero sin caprichos superficiales. La sencillez no es suciedad, la
pulcritud no está reñida con la humildad del corazón.
Una persona sencilla utiliza
con mesura la palabra, evitando acaparar las conversaciones para convertirse en
el centro de atención; del mismo modo su lenguaje es apropiado, sin recurrir en
el uso de palabras cultas o rimbombantes, para formar una imagen erudita y de
vasto conocimiento; en una conversación, nunca aprovechará el momento para “dar
una cátedra” sobre el tema; evita hablar en todo momento de sus logros,
aciertos y reconocimientos alcanzas. Lo más digno, es omitir toda manifestación
ostentosa de nuestra inteligencia, habilidades y bienes materiales. La persona
sencilla no se exalta ni menosprecia, aprecia a las personas por lo que son, lo
cual permite un diálogo amable y una amistad sincera.
La manifestación más
clara de la sencillez se encuentra en el aspecto exterior de la persona ya que
viste con decoro, sin llegar a ser estrafalario y sin dejarse seducir por la
exageración caprichosa de la moda;
los modales distan mucho de ser artificiosos y estudiados especialmente para cada situación concreta, desde la forma de saludar, utilizar los cubiertos, etc.
los modales distan mucho de ser artificiosos y estudiados especialmente para cada situación concreta, desde la forma de saludar, utilizar los cubiertos, etc.
Es cierto que todos debemos
luchar por superarnos, tener una forma de vida más digna, superarnos
profesionalmente, pero siempre con sencillez.
El valor de la sencillez
nos ayuda a superar el deseo desmedido por sobresalir, sentirnos distinguidos y
admirados sólo por la apariencia externa. Nuestro interior, nuestro corazón es
lo que verdaderamente cuenta. Una persona sencilla gana más corazones.
OBJETIBIDAD
“LA OBJETIVIDAD ES EL VALOR DE VER EL MUNDO COMO ES, Y NO COMO QUEREMOS
QUE SEA.”
Los seres humanos somos una compleja mezcla
de sentimientos, raciocinio, experiencia y aprendizaje. Todos estos elementos
pueden brindar a una persona una percepción de la realidad que puede estar
equivocada.
Cuando una persona no es objetiva, se centra en las circunstancias y no
en los problemas. Observa las cosas superficiales, pero no el fondo.
Ser objetivo, exige de
nosotros ver los problemas y las situaciones con un enfoque que equilibre
adecuadamente emoción y razonamiento. Por ello el valor de la objetividad es
tan importante, porque nos permite dar su justo peso a los acontecimientos y
obrar de una forma coherente.
Una de las formas más eficientes de vivir
el valor de la objetividad es viendo los problemas y las situaciones desde
todos los puntos de vista. En este proceso el escuchar la opinión de gente
madura y desinteresada nos permite observar las cosas con menos apasionamiento
y con mayor objetividad. La objetividad nos permite tomar decisiones más
eficientes, mejora nuestras relaciones humanas, tiene un impacto positivo en la
familia. La objetividad nos permite ser más justos con quienes nos rodean y
siempre nos abre las puertas.
La lucha por ser objetivos implica el
ceder un poco ese “Yo” que a veces nos pesa tanto.
Para vivir este valor siempre es
conveniente escuchar atentamente, pedir consejo y considerarlo seriamente, no
precipitarse en los juicios; quien es objetivo razona, observa, escucha y
concluye en base a información. Una
persona objetiva siempre es apreciada porque genera a su alrededor un sentido
real de paz y de justicia. El valor de la Objetividad, además de ahorrarnos
muchos dolores de cabeza, puede hacernos mejores personas
RESPETO
“HABLAR DE RESPETO ES HABLAR DE LOS DEMÁS. ES ESTABLECER HASTA DONDE
LLEGAN MIS POSIBILIDADES DE HACER O NO HACER, Y DÓNDE COMIENZAN LAS
POSIBILIDADES DE LOS DEMÁS. EL RESPETO ES LA BASE DE TODA CONVIVENCIA EN
SOCIEDAD.”
El respeto también es una
forma de reconocimiento, de aprecio y de valoración de las cualidades de los
demás, ya sea por su conocimiento, experiencia o valor como personas.
Aquí viene, entonces,
también el concepto de Pluralidad, es decir, de las diferencias de ideas
y posturas respecto de algún tema, o de la vida misma. La pluralidad enriquece
en la medida en la que hay más elementos para formar una cultura. La pluralidad
cultural nos permite adoptar costumbres y tradiciones de otros pueblos, y
hacerlos nuestros. Sin embargo cuando la pluralidad entra en el terreno de las
convicciones políticas, sociales y religiosas las cosas se ponen difíciles.
SOCIABILIDAD
”ESTE VALOR ES EL CAMINO PARA MEJORAR LA CAPACIDAD DE COMUNICACIÓN Y
DE ADAPTACIÓN EN LOS AMBIENTES MÁS DIVERSOS.”
La sociabilidad es el valor
que nos impulsa a buscar y cultivar las relaciones con las personas
compaginando los mutuos intereses e ideas para encaminarlos hacia un fin común,
independientemente de las circunstancias personales que a cada uno rodean.
Al tener contacto con
personas diferentes, tenemos la posibilidad de aprender de su experiencia y
obtener otra perspectiva de la vida para mejorar nuestra persona, para más
adelante poder contribuir a su desarrollo personal y así comenzar una espiral
sin fin en la cual todos nos vemos beneficiados.
La sociabilidad es un
canal de comunicación que puede sentar las bases para tener nuevos amigos,
elegir a la persona adecuada para formar una nueva familia o comenzar una nueva
empresa, en base al intercambio de gustos, aficiones e intereses que se
comparten y dan como resultado una relación más trascendente.
AUTODOMINIO
”FORMAR UN CARÁCTER CAPAZ DE DOMINAR LOS IMPULSOS PROPIOS DE SU FORMA
DE SER PARA HACER LA VIDA MÁS AMABLE A LOS DEMÁS.”
Este valor nos ayuda a
controlar los impulsos de nuestro carácter y
nos estimula a afrontar con serenidad los contratiempos y a tener
paciencia y comprensión en las relaciones personales.
El autodominio debe
comprenderse como una actitud que nos impulsa a cambiar positivamente nuestra
personalidad. Cada día que buscamos ejercer ese señorío sobre nosotros mismos,
automáticamente nuestro carácter comienza a madurar por la serenidad y
paciencia que imprime este valor.
PULCRITUD
”EL VALOR DE LA PULCRITUD ES LA PRÁCTICA HABITUAL DE LA LIMPIEZA, LA
HIGIENE Y EL ORDEN EN NUESTRAS PERSONAS, NUESTROS ESPACIOS Y NUESTRAS COSAS.”
El vivir el valor de la
pulcritud nos abre las puertas, nos permite ser más ordenados y brinda en
quienes nos rodean una sensación de bienestar, pero sobre todo, de buen
ejemplo.
APRENDER
”EL VALOR QUE NOS AYUDA A DESCUBRIR LA IMPORTANCIA DE ADQUIRIR
CONOCIMIENTOS A TRAVÉS DEL ESTUDIO Y LA REFLEXIÓN DE LAS EXPERIENCIAS
COTIDIANAS.”
El valor de aprender tiene
como finalidad la búsqueda habitual de conocimientos a través del estudio, la
reflexión de las experiencias vividas y una visión profunda de la realidad.
El valor de aprender nos
convierte en personas que tienen más herramientas para avanzar en la vida y
para ser mejores seres humanos.
Para crecer en este valor,
necesitamos tener en mente que aprender algo nuevo no es pérdida de tiempo, es
una forma de alcanzar la superación personal. Para reforzar el valor de aprender
puedes hacerte el hábito de leer al
menos un libro por mes, terminar la universidad
Inscribirte a algún diplomado, empezar una maestría, cursar un doctorado
escuchar noticieros, leer el periódico y acercarte a medios que te proporcionen
información sobre la realidad que te rodea, comprar revistas sobre temas
adicionales a tu profesión u oficio, etc.
COHERENCIA
“ES EL VALOR QUE NOS HACE SER PERSONAS DE UNA PIEZA, ACTUANDO SIEMPRE DE
ACUERDO A NUESTROS PRINCIPIOS.”
Coherencia es la correcta
conducta que debemos mantener en todo momento, basada en los principios
familiares, sociales y religiosos aprendidos a lo largo de nuestra vida.
Con este valor somos capaces de cumplir
con mayor eficacia nuestras obligaciones, pues hace falta ser honesto y
responsable; en nuestras relaciones personales es indispensable para ser
sinceros, confiables y ejercer un liderazgo positivo; para nuestra persona, es
un medio que fortalecer el carácter y desarrolla la prudencia, con un
comportamiento verdaderamente auténtico.
SACRIFICIO
“SIEMPRE ES POSIBLE HACER UN ESFUERZO EXTRA PARA ALCANZAR UNA META”
El valor del sacrificio es
aquel esfuerzo extraordinario para alcanzar un beneficio mayor, venciendo los
propios gustos, intereses y comodidad.
Debemos tener en mente que el
sacrificio es un valor muy importante para superarnos en nuestra vida por la
fuerza que imprime en nuestro carácter. Compromiso, perseverancia, optimismo,
superación y servicio, son algunos de los valores que se perfeccionan a un
mismo tiempo, por eso, el sacrificio no es un valor que sugiere sufrimiento y
castigo, sino una fuente de crecimiento personal.
El verdadero valor del sacrificio consiste en sobrellevar algunas
situaciones intentando poner buena cara, sin quejas ni remilgos. El espíritu de
sacrificio no se logra con las buenas intenciones, se desarrolla haciendo
pequeños esfuerzos. Todo aquello que vale la pena requiere de sacrificio, pues
querer encontrar caminos fáciles para todo, sólo existe en la mente de personas
con pocas aspiraciones. Quien vive el valor del sacrificio, va por un camino de
constante superación, haciendo el bien en todo lugar donde se encuentre.
TRABAJO Y LABORIOSIDAD
“CONSTANTE
ACTIVIDAD PRODUCTIVA Y DINAMISMO,
BUSCANDO EL APROVECHAMIENTO DEL TIEMPO PARA ESTAR DISPONIBLE PARA
REALIZAR CUALQUIER ACTIVIDAD.”
Una persona con estos valores
tiene como características hacer con cuidado y esmero las tareas, labores y
deberes, tiene especial dedicación para realizar cualquier actividad o trabajo
con la mayor perfección posible y concluirlas en el tiempo previsto, hacer
cosas que beneficien a los demás en su persona o sus bienes, organizar el
tiempo para mantener un equilibrio entre el descanso y la actividad, evitando
el ocio y la pereza, etc.
Al mantenernos en constante
actividad, adquirimos una mayor capacidad de esfuerzo, nos hacemos más
responsables y llevamos una vida con orden; conscientes que la laboriosidad no
es un valor para lucirse en un escaparate, sino un medio para ser más
productivos, eficientes y participativos en todo lugar.
MAGNAMINIDAD
”EL VALOR QUE NOS HACE DAR MÁS ALLÁ DE LO QUE SE CONSIDERA NORMAL,
PARA SER CADA DÍA MEJORES SIN TEMOR A LA ADVERSIDAD O A LOS INCONVENIENTES.”
La magnanimidad es una
disposición hacia dar más allá de lo que se considera normal, de entregarse
hasta las últimas consecuencias, de emprender sin miedo, de avanzar pese a
cualquier adversidad.
La magnanimidad se caracteriza por la búsqueda de su
perfección como ser humano y la entrega total de su persona para servir a los
demás desinteresadamente. Para el magnánimo no existen tareas de ínfima
categoría o el temor a cuidar lo que podría denominarse “buena imagen”, actúa
con la convicción de cumplir con un compromiso y un deber personal: ayuda a
quien goza de menor simpatía en un grupo; saluda con cortesía, cede el paso, o
sirve en la mesa al empleado y al amigo por igual, etc.
La magnanimidad es un excelente
medio para robustecer nuestra comprensión, el espíritu de servicio, la
generosidad, el perdón y el optimismo. Todas nuestras acciones se ennoblecen
cuando están al servicio de los demás: el consejo, la ayuda, la compañía y
hasta el mismo trabajo, son los medios ordinarios que tenemos al alcance para
hacer de nuestras labores y aspiraciones algo grande, algo fuera de lo común,
algo que pocos están decididos a hacer.
SOBRIEDAD
“ES EL VALOR QUE NOS ENSEÑA A ADMINISTRAR NUESTRO TIEMPO Y RECURSOS,
MODERANDO NUESTROS GUSTOS Y CAPRICHOS PARA CONSTRUIR UNA VERDADERA PERSONALIDAD.”
El valor de la sobriedad nos
ayuda a darle a las cosas su justo valor y a manejar adecuadamente nuestros
apetitos, estableciendo en todo momento un límite entre lo razonable y lo inmoderado.
Para la sobriedad hace falta
autodominio. Debemos ser sobrios en nuestra forma de hablar, de comportarnos y
de vestir.
La sobriedad no es negación ni
privación. Es poner a tu voluntad y a tu persona por encima de las cosas, los
gustos y los caprichos, dominándolos para no vivir bajo su dependencia. Es muy
natural que al estar condicionados por nuestros impulsos, nos cueste trabajo
dejarlos, pero nunca es tarde para comenzar, con pequeños esfuerzos,
fortalecemos nuestra voluntad y desarrollamos este valor necesario para
aprender a administrar nuestro tiempo y nuestros recursos, además de construir
una verdadera personalidad.
COMUNICACION
”UNA BUENA COMUNICACIÓN PUEDE HACER LA DIFERENCIA ENTRE UNA VIDA
FELIZ O UNA VIDA LLENA DE PROBLEMAS.”
La comunicación es
indispensable para procurar y mantener las buenas relaciones en todos los
ámbitos de nuestra vida, particularmente en la familia, el trabajo y con las
personas más cercanas a nosotros.
El valor de la comunicación nos
ayuda a intercambiar de forma efectiva pensamientos, ideas y sentimientos con
las personas que nos rodean, en un ambiente de cordialidad y buscando el
enriquecimiento personal de ambas partes.
La buena comunicación tiene
algunas características que todos conocemos: escuchar con atención, no acaparar
la palabra, evitar interrumpir, utilizar un lenguaje propio y moderado, lo cual
demuestra educación y trato delicado hacia las personas. Pero este valor tiene
elementos fundamentales e indispensables para lograr una verdadera comunicación
como son: el interés por la persona; saber preguntar, el punto es no quedarnos
con la duda; aprender a ceder, sinceridad ante todo, expresar lo que pensamos,
sobre todo si sabemos que es lo correcto, etc.
PRUDENCIA
”ADELANTARSE
A LAS CIRCUNSTANCIAS, TOMAR MEJORES DECISIONES, CONSERVAR LA COMPOSTURA Y EL
TRATO AMABLE EN TODO MOMENTO, FORJAN UNA PERSONALIDAD DECIDIDA, EMPRENDEDORA Y
COMPRENSIVA.”
La prudencia es el valor que nos ayuda o
reflexionar y a considerar los efectos que pueden producir nuestras palabras y
acciones, teniendo como resultado un actuar correcto en cualquier
circunstancia.
El valor de la prudencia no
se forja a través de una apariencia, sino por la manera en que nos conducimos
ordinariamente. Posiblemente lo que más nos cuesta trabajo es reflexionar y
conservar la calma en toda circunstancia; la gran mayoría de nuestros
desaciertos en la toma de decisiones, en el trato con las personas o formar
opinión, se deriva de la precipitación, la emoción, el mal humor, una
percepción equivocada de la realidad o la falta de una completa y adecuada
información.
La falta de prudencia siempre tendrá consecuencias en todos los niveles,
personales y colectivas, según sea el caso. El ser prudente no significa tener
la certeza de no equivocarse, por el contrario, la persona prudente muchas
veces ha errado, pero ha tenido la habilidad de reconocer sus fallos y
limitaciones aprendiendo de ellos. Sabe rectificar, pedir perdón y solicitar
consejo.
El valor de la prudencia nos hace tener un
trato justo y lleno de generosidad hacia los demás, edifica una personalidad
recia, segura, perseverante, capaz de comprometerse en todo y con todos,
generando confianza y estabilidad en quienes le rodean, seguros de tener a un
guía que los conduce por un camino seguro.
CARÁCTER
“TRANSFORMAR LA IMAGEN DE UNA PERSONALIDAD EMPRENDEDORA, LLENA DE
ENERGÍA, DE FUERZA Y VITALIDAD, A UNA FORMA DE SER PROPIA Y NATURAL.”
El tener carácter implica una
decisión firme y una férrea voluntad para proponernos objetivos y alcanzarlos
en la medida de nuestras posibilidades, el cultivo de los buenos hábitos, la
actitud positiva hacia el trabajo y el esfuerzo por dominar a nuestros impulsos
y al egoísmo.
El transformar la imagen de
una personalidad emprendedora, llena de energía, de fuerza y vitalidad, a una
forma de ser propia y natural, es sin lugar a dudas, algo atractivo para
cualquier persona.
En algunos momentos se ha
malentendido el "tener carácter" como sinónimo de rudeza,
prepotencia, altanería, u obstinación. Sin embargo, una persona con carácter
tiene retos constantes, no contra los demás, sino para consigo mismo. Cada reto
personal es una manera de forjar un carácter recio, firme y decidido, incapaz
de detenerse ante los obstáculos, de lamentarse por el cansancio o cuando las
cosas salen mal.
La persona que
verdaderamente tiene carácter no ve obstáculos, sino retos; domina sus impulsos
para ser dueño de su voluntad: conserva amistades y relaciones por los valores
que transmite; encuentra alegría en lo que hace, sin conformarse con ser feliz
a través de los placeres pasajeros.
CRITICA
CONSTRUCTIVA
”HACER UNA CRÍTICA CONSTRUCTIVA PARA AYUDAR A LOS DEMÁS ES UNA
ACTITUD MADURA, RESPONSABLE Y LLENA DE RESPETO POR NUESTROS SEMEJANTES.”
El valor de
la crítica constructiva se fundamenta en el propósito de lograr un cambio
favorable que beneficie a todas y cada una de las personas involucradas en
circunstancias o ambientes determinados, con actitud de respeto y sentido de
colaboración.
A través
de la crítica constructiva se desarrollan otros valores: lealtad, honestidad,
sencillez, respeto, amistad... Con esta referencia sería absurdo cerrar nuestro
entendimiento y pasar por alto la importancia de vivir este valor, pues nadie
puede jactarse de tener un buen juicio crítico, si no ha logrado establecer un
equilibrio entre la manera como acepta las críticas y la forma e intención con
que las expresa.
Cualquier crítica debe formularse responsablemente a través de la
reflexión, considerando las implicaciones que podría tener; el respeto que
debemos a las personas se manifiesta protegiendo su buen nombre y reputación,
además de procurar su mejora individual. De esta manera actuamos en justicia y
todo nuestro actuar se convierte en actitud de servicio e interés por el
prójimo.
TABLA DE CONTENIDOS
-
Desde
cuáles perspectivas se aprecian los valores.
-
Características
de los valores.
-
Los
valores éticos y morales en la formación profesional
-
Otros
valores
Bibliografía…
-
Diccionario
Jurídico. Dr. Guillermo Cabanellas De Las Cuevas
-
Diccionario
Lex…..
-
Diccionario
Smart……
-
Enciclopedia
De La Psicopedagogía
-
REFERENCIA Josué
Justo Hernández
-
significado/valores-significado.shtml
Autor:
Dr. Eleuterio Aguilar Heredia
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